miércoles, 27 de agosto de 2008

ESO QUE LLAMAMOS CULTURA

Eso que llamamos cultura se mueve.
Los ¿ proyectos políticos ? en nuestro país brindan señales de agotamiento y los canales de participación, estrechos o desmotivantes, destinados a los jóvenes muestran algunas vías de acción de algún modo inéditas.
Los que fatigamos espacios culturales ( un reduccionismo en suma pero que ilustra ) recepcionamos que la búsqueda de un número creciente de jóvenes lo concretan en estos lugares.
Una bueña señal y paradójicamente preocupante. Una lectura atenta de lo antedicho evitan dar mayores explicaciones al respecto.
La poesía de Santiago Sylvester ( su publicación reciente 'El reloj biológico') registra estas opciones. Con palabras ajustadas, con sabor a certeza científica, devela las corrientes, siempre subterráneas, de la joven sociedad argentina.
El mundo que se torna ancho y ajeno a los adultos-mayores ha creado un nuevo mundo virtual y cultural que está a mano de quien quiera aceptarlo. Un pasaje que se está convirtiendo en realidad cotidiana.

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