Colombiano, escritor, enemistado con la ley ( a veces ), creador de revistas literarias en México. Primer lector de los borradores de Gabo ( Gabriel García Márquez ), padre de Macqroll El Gaviero, poeta. Así transcurre su vida, relatándola, el exquisito Álvaro Mutis. Apenas conocido en nuestro país. Se convirtió en un secreto de fondos literarios.
Y me refiero a él porque apareció una entrevista en la revista Ñ del sábado pasado (12 de julio de 2008 ). A él y a otros pero me interesa Álvaro, si me permite la intimidad. Me interesa su definición sobre la literatura como un espacio reñida con la función social. Descree del compromiso sartreano, aunque tanto el periodista como él no aclaran a cualquier Jean Paul se refiere: si al Sartre de las primeras épocas donde el compromiso pasa por el poder de la palabra. O al Sartre ulterior identificado con la concepción comunista del intelectual orgánico. Pero de estos deslices estamos facturados. Hoy lo denuncio yo, otro día me lo adjudican a mí.
Yo interpreto este absoluto volcarse al texto, a la creación del propio mundo ( ver en la web el contenido de la entrevista para comprender estas disquisiciones ) de la siguiente manera: imagino que uno descree de todas las convenciones humanas, que rechaza todas las ilusiones del hombre y uno procede a descolgarse del mundo o colgarse del mismo pero con una cuerda pendiente de la tierra. Desde ahí, desde ese margen brutal, desde esa existencia teñida de anarquía, trabajar el texto. Y ahí la negación de la función social de la literatura cobraría otra dimensión y no significaría realmente un daño a dicha concepción.
Álvaro Mutis mantiene una consigna para su vida: No es aquí.
( continuaré. P.B.)
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