miércoles, 17 de septiembre de 2008

LAS PALABRAS EXTRANJERAS

"La actualidad nos obligará un día a adoptar un sinnúmero de palabras africanas de la misma manera en que adoptamos sin cesar nuevas palabras árabes. Hasta hace poco, ignorábamos la intifada y el djihad, los ayatollahs y los moudjahidín... Estamos descubriendo los taleb y sus escuelas, las madrasa.
- ¿Los franceses comprenden esas palabras?, se sorprendió Sandra.
-No, realmente. El rol de esos vocablos es mostrarnos los límites de nuestro saber y de nuestro entendimiento. Son palabras herméticas, que no nos revelan nada. Pero señalan una dirección".
(págs. 64/5: LAS PALABRAS EXTRANJERAS. De Vassilis Alexakis. del estante editorial)

En la contratapa de la obra se lee: " (...)Ampliar lo decible es siempre ampliar lo pensable. Tal vez, para ampliar lo pensable sea siempre necesario recurrir a palabras extranjeras(...)".

La lectura de este libro es para quienes están seducidos por la palabra.
Es un regodeo, nunca antes tan exacto este término para esta experiencia literaria, que envuelve a las palabras en su tonalidad, en sus múltiples significados, en los mundos que esconde.
Inventores de vocablos, adoradores de diccionarios, prácticas de un sólo personaje o de múltiples personajes.
Los mapas de la lengua extendidos en los pisos de los departamentos.
Las imprecisiones de la propia conducta. Los asombros y sus desencatamientos.
Una ventana para analizar la vida humana, diferente y a la vez tan cerca.

martes, 9 de septiembre de 2008

Diques / Suicidio

DIQUES / SUICIDIO:

" (...) La tortura enfrenta al caído a extremos
insospechados de dolor y vejación, y lo
obliga a enfrentarse solo e inerme a sus
límites(...).
/ Traiciones. A.Longoni.
GRUPO Editorial NORMA
( págs. 117 -8 )

El trabajo de Ana Longoni avanza ( ¿ inicia ? ) en un tema de difícil análisis.
Su título ya expone la problemática: ' Traiciones. La figuradel traidor en los
relatos acerca de los sobrevivientes de la represión. '
Antes de continuar leamos lo siguiente:
En fecha reciente se suicidó José/Pollo Baravalle. Fue un militante de la década del setenta en Rosario, preso político y "quebrado" por la tortura devino en represor.
Esta historia toca el punto mismo de la condición humana. Ese misterio de difícil y casi imposible codificación.
Alrededor de José Baravalle se han levantado acusaciones, piadosos comentarios, reproches por la información que se lleva con su muerte y un abanico amplio de consideraciones. De todo tipo.
No es mi intención abundar en estas perspectivas.
Hago mía la decisión de H.I.J.O.S. que asume el criterio de no juzgar conductas que se inscriben dentro de la política de/l terror que supone. Adhesión que me parece justa ya que cubre un aspecto operativo, no paralizante, abierto a reflexiones futuras según el avance de la Historia.
Personalmente sentí la necesidad de escribir unas breves líneas que se resumen en estas dos consideraciones:

a. La lectura de la obra de Ana Longoni se llena de contenido con la noticia del
suicidio de José Baravalle y la historia que soporta.

b. A lo largo de las grageas reflexivas que he hecho circular vía email he
insistido con una categorización ( = punto de vista ) que sostuvo en uno de sus
escritos el excelente escritor Pier Paolo Pasolini.
P.P.P. en un artículo periodístico analizaba los actos criminales de un joven
italiano que conmovió al pueblo de ese país. Su ferocidad, sus rituales y la
imposibilidad de encasillar mentalmente los crímenes realizados confundían
a la población.
Pasolini se hace cargo de esta situación y produce un comentario sencillo y
profundo al cual vuelvo una y otra vez por diversas razones.
Se interrogaba sobre cuántos diques tenía que haber roto el acusado dada la
bestialidad de sus actos, el nivel regresivo de su accionar. Y no se quedaba
en quién materializaba estos salvajismo, añadía a los responsables que
perversamente manipulaban a los sujetos para llevarlos a estos estadios.
Esta línea de análisis de Pier Paolo Pasolini se somete al descubrimiento de la condición humana cuando roza los límites de la misma.

Lo siniestro no impide una profunda tristeza para quienes conocimos a José